sábado, 18 de junio de 2011

Ética política
No hace muchos días un ideólogo de partido decía que el suyo no dejaría nunca de existir porque su base ideológica era éticamente correcta. Yo, si realmente se cree lo que dijo, le aconsejaría que se lo haga mirar, o más bien, que juntos hagan una terapia de partido para ver, sin que el resplandor de la moqueta les deslumbre, que les dicen las urnas un año sí y otro también. Quizás tenga razón y no desaparezcan nunca, como si lo han hecho otros, pero quedar como algo residual y sólo porque cobran los favores dados en votos clientelares, no creo que sea un bagaje como para estar satisfechos. En cuanto a la ética política habría mucho que decir y sería largo, arduo y profuso, como para resumirlo en las pocas líneas que dan esta columna, pero si dar unos apuntes. La ética en política hace muchos años que dejo paso al puestismo y la inmediatez poltronera. Y una vez más en estas últimas elecciones con sus decisiones y manejos, no han hecho sino dar la razón a los movimientos del M15. La mayoría de los políticos no se representan más que así mismos y a sus intereses, abandonado cualquier veleidad programática en el momento en que toman su cargo. Nada de lo prometido en campaña les ata, y dan por sentado que todos sabemos que eso es así y que nada de lo prometido será llevado a cabo, imperando el si te he visto no me acuerdo y ya nos veremos dentro de cuatro años. Y hay de aquél que se desmande del grupo y ponga en entredicho a los jefes, porque sobre él caerán todas las animosidades de los bien colocados y se convertirá en vanguardia de próxima expulsión. Porque si hay que dejar por el camino algún cadáver, se deja, todo sea por el bien del partido o de su particular manera de entender el mismo. Lo malo de esta ética es, cuando cada vez son más los expedientados o excluidos por propia voluntad o si ella. En fin, que la cosa no tiene malicia porque ya estamos curados de espanto y nada de lo que hacen nos pilla de nuevas. Ahora sólo me queda decir a quienes piensen en votar derechas en las próximas elecciones que lo hagan con criterio y voten al original y no a la fotocopia que siempre es más natural y por lo menos no engañan a más de cuatro ilusos que todavía creen en la resurrección de los muertos. Amen.