martes, 20 de septiembre de 2011

CRISIS
Esa palabra retumba en nuestros oídos hasta la saciedad. Es como si se quisiera supeditar todo orden a una crisis que denominan económica como si ese fuese el quid de la cuestión. Yo no tengo tan claro que esa sea la razón, ya que esta, como otras crisis, son debidas a una falta de  moral, ética y autocritica que llevamos muchos años sin hacernos. Deberíamos pensar si no hemos sido todos los que con nuestras decisiones hemos dado paso a lo que hoy nos agobia. Nos quejamos de nuestros políticos  pero ha sido nuestra decisión quien les ha puesto ahí una y otra vez. En ocasiones a sabiendas de que eran unos corruptos o que lo que estaban haciendo en nada beneficiaban a la sociedad y sí a sus amigos y allegados. Con esta actitud hemos premiado su conducta dando alas a sus atropellos. Y son los mismos que durante años nos han estado engañando los que se aprestan de nuevo a salir a la contienda electoral a decirlos como solucionar lo que ellos han creado. Es patético, sino fuese tan importante, el ver como los que antes apoyaban presupuestos o partidas para proyectos inútiles, son los que hoy dicen que están las arcas vacías. Para de nuevo tratarnos como a niños y jugando con la mala memoria de lo que dan en llamar masa prestarse a seguir la juerga. Porque saben que una vez más en el sistema que ellos controlan no queda otra que volverlos a votar. Sabiendo como saben que el sistema de listas cerradas les ampara dejando que sean muchos los inútiles que se acojan a ellas como modo de vida. Una vida regalada a costa de la vaciedad y adobada con nuestra congoja. Que más les da que mi hijo o el suyo no tengan una buena educación. O que la sanidad se vaya por el desagüe, ellos ya se han cubierto esas partidas y sus hijos estudian en colegios privados, bien subvencionados con dinero publico y van a clínicas privadas a las que engordan las desviaciones de enfermos que deberían ser atendidos en la sanidad publica. Por todo ello, creo que no solamente deberíamos hablar de la crisis económica sino de la crisis de valores porque la una va ligada a las otras. Quiero acabar con una cita de Groucho Marx que definiría bien a ciertos políticos: El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.