Cosas del Tiempo
¡Por fin volvió a llover! Esto no
debería ser noticia, pero lo es, y al paso que vamos lo seguirá siendo. Lo que
me pregunto si tendrá algo que ver el hecho meteorológico con la rogativa que
se hizo en Mendigorria. Visto que los tiempos van en regresión en tantas cosas,
tampoco sería nada extraño la vuelta a las mismas. Al hilo de esto me acuerdo
de aquellas rogativas de los años 50, cuando al mantra del cura que decía algo
así; Santa María, a lo que los críos contestábamos, “bocaou” de tortilla… San
Silvestre, trago de leche… y así a cada una de las mismas. O la anécdota de
aquél cura al que fueron a visitar los agricultores para que sacase el santo en
procesión para que lloviese y el buen hombre después de mirar al cielo les
dijo; Yo si queréis lo saco, pero no esta de llover. Este debía tener la misma
fe de la que se pide a los nuevos aspirantes a dicho oficio de la convocatoria
de la jerarquía eclesiástica. Aunque ahora lo tienen más fácil, no hay más que
mirar el tiempo en internet para saber si la rogativa va a tener éxito. No como
en la ribera en la que algunos curas invocaban la lluvia con una no menos
jacarandosa plegaría, por cierto, muy bien estructurada poéticamente, que decía
así: Dios es la Suma Bondad. Pues jodidos nos tiene, Sera porque nos
conviene: ¡Hágase su voluntad! No me negaran que no tiene su aquél que diría mi
amigo. Lo que no sé es si en vez de mirar al cielo no deberíamos mirar más al
despilfarro que hacemos de tan escaso, precisado y precioso elemento. Más que
todo, para no tener que oír a los políticos decir aquello tantas veces repetido
por su difunta excredencia, el generalísimo, de la pertinaz sequia que asuela
nuestro pueblo y en la que algo tendrán que ver el contubernio judeomasonico.
Sin pensar que esta tierra siempre ha sido escasa de agua, aunque de esto nunca
nos han dicho nada las diversas Mancomunidades de Aguas. En definitiva, que el
tema, tiempo, puede pasar de una mera muletilla con la que conversar con el
compañero de ascensor a una preocupación más sería, como por otra parte lo ha
sido siempre. Con todo, sólo me cabe
desear que el tiempo les sea propicio a cada uno en su deseo. Amén