Palabra de ley
Creo que la mejor muestra de la
reforma educativa del ministro Wert ya está dando sus frutos y lleva camino de
auspiciar la entrada de alguno de estos personajes en la Real Academia de la
Lengua. Lo digo por la capacidad de innovación o invento de palabras así como
de las diferentes versiones que de una acepción se pueden hacer de ella. Algo
que a los demás mortales nos es casi imposible o impensable. Como ejemplo más contundente es la
archiconocida, de un tiempo a esta parte, palabra, “externalizar”. Palabra que
no existe como tal, pero que la Real Academia podía recoger en su diccionario
como eufemismo para no querer decir “privatizar”.
Por otra parte, hay quienes opinan que una de las lenguas más
ricas es el español para definir una cosa o persona, pero no habían contemplado
otras facetas tan sutiles como la prostitución de las mismas o el invento de otras para no llamar a las
cosas por su nombre. Siendo muchos los ejemplos a poner, como lo pueden ser el rescate a los bancos
llamándolo; recapitalización de la banca, cuando lo normal hubiese sido la
nacionalización de la banca. Pues no ha sido tal, y su nueva definición debería ser; dar dinero público a unas manos privadas para
que vuelvan a tener todo lo que ellos mismos robaron. Ante esto, creo que
algunos deberíamos empezar a plantearnos muchas palabras y verbos así con
adjetivos varios. Al pobre se le definiría algo así como; persona de
poca liquidez. Compañero de partido; persona que te acompañara en tu viaje
mientras le seas útil. Concertación; dar dinero a una entidad libre y privada
que no gana lo que quiere y a la que hay que ayudar con dinero público para que
pueda seguir proclamando la libertad que no pueden disfrutar más que ellos. O
lo que es lo mismo; quitar dinero de lo público para dárselo a las escuelas,
hospitales, etc, privadas o de elite. De
otra parte, habría que completar algunas acepciones como; prima de riesgo
o tía de riesgo, si la hay. Estar
haciendo lo que se puede por; hago lo que me es mejor para mí y mi grupo. Copago
por; pagar una cosa dos veces.
Como podemos ver, con pequeñas modificaciones
tendríamos un léxico más acorde con los tiempos políticos y los entenderíamos
todos un poco mejor. Y creo que una de las partes de la reforma del ministro de
educación va por ahí. Otro día podemos
hablar de la palabra inmatriculación y su actualización por; quedarse con lo
que es de todos para beneficio de una secta o casta religiosa.