Los porqués
Se suele decir que los niños están llenos de porqués. Yo
personalmente creo que pasamos la vida desde la más tierna edad hasta la muerte
con esos porqués que vamos respondiéndonos a nosotros mismos, en ocasiones con
ayuda, y otras, con la experiencia que nos da la propia vida. Hoy me he
levantado con algunos porqués que yo ya me he respondido, pero que me gustaría que cada uno
de nosotros lo hiciésemos.

Leo en la prensa que las eléctricas han ganado un porrón de
millones de euros mientras en el país hay muchísimas familias que no pueden
encender la luz, no digamos la calefacción, que eso son palabras mayores. Es difícil de asimilar que en un país en el
que te dicen que como no ha llovido la electricidad es más cara y no se diga nada
de que somos el hazmerreír de Europa con un impuesto al sol es de tomarnos por
tontos. Mientras, en Alemania se enorgullecen de su apuesta por las renovables
que en poco tiempo será su mayor fuente de energía. Aquí no, porqué como si no, iban a vivir tan
bien los políticos de las puertas giratorias. Es mejor ponerles impuestos y
toda clase de trabas posibles.
Pero hay más porqués que deberíamos plantearnos, como por
ejemplo, cómo está la justicia y si hay verdaderamente separación de poderes. Creo
que no, pero eso no es nada nuevo. Pues quienes crean las leyes son los
primeros en incumplirlas o saltárselas con cualquier artimaña preparada
exprofeso para ello. Y si esto no es posible siempre queda el fiscal o juez
amigo.
Otra pregunta que se plantea estos días tiene que ver con el
trabajo. Cómo puede ser que el paro baje, que dicen los interesados, y aumenten
los pobres. Se podría decir que somos el país donde los ricos son cada día más
ricos y los pobres más pobres, en cantidad y baja calidad.
No deja de ser curioso que
una persona que gana 180 euros al mes y gasta 60 en el traslado a ese trabajo
ya no cuente como parado. Pero no pasa nada, el paro baja y así pueden explayarse
en titulares y grandilocuentes palabras de lo bien que vamos. Tanto, que
cualquier día nos despeñamos todos.
En definitiva, que si nos hacemos preguntas no seremos más
felices, pero al menos no te sentirás engañado. Pues no hay más necio que aquel
que hace lo mismo y espera resultado diferente. Pero para que esto cambie hay
que empezar por tomar conciencia de los porqués planteados y buscar la
solución. Teniendo en cuenta que, a quienes les va bien de esta forma no moverá
un dedo por cambiar nada y pondrán todas las pegas posibles para que no tengas
las herramientas para un análisis correcto de la situación. Pues no sólo hay que leer, ver y oír, sino
también, analizar lo que se lee, se oye o se ve.
Señalaba una noticia en los periódicos que había entre la
población un alto grado de deficiencia en compresión lectora y de análisis,
¿Será eso lo que nos afecta?