sábado, 31 de marzo de 2012


Cosas del Tiempo
¡Por fin volvió a llover! Esto no debería ser noticia, pero lo es, y al paso que vamos lo seguirá siendo. Lo que me pregunto si tendrá algo que ver el hecho meteorológico con la rogativa que se hizo en Mendigorria. Visto que los tiempos van en regresión en tantas cosas, tampoco sería nada extraño la vuelta a las mismas. Al hilo de esto me acuerdo de aquellas rogativas de los años 50, cuando al mantra del cura que decía algo así; Santa María, a lo que los críos contestábamos, “bocaou” de tortilla… San Silvestre, trago de leche… y así a cada una de las mismas. O la anécdota de aquél cura al que fueron a visitar los agricultores para que sacase el santo en procesión para que lloviese y el buen hombre después de mirar al cielo les dijo; Yo si queréis lo saco, pero no esta de llover. Este debía tener la misma fe de la que se pide a los nuevos aspirantes a dicho oficio de la convocatoria de la jerarquía eclesiástica. Aunque ahora lo tienen más fácil, no hay más que mirar el tiempo en internet para saber si la rogativa va a tener éxito. No como en la ribera en la que algunos curas invocaban la lluvia con una no menos jacarandosa plegaría, por cierto, muy bien estructurada poéticamente, que decía así: Dios es la Suma Bondad. Pues jodidos nos tiene, Sera porque nos conviene: ¡Hágase su voluntad! No me negaran que no tiene su aquél que diría mi amigo. Lo que no sé es si en vez de mirar al cielo no deberíamos mirar más al despilfarro que hacemos de tan escaso, precisado y precioso elemento. Más que todo, para no tener que oír a los políticos decir aquello tantas veces repetido por su difunta excredencia, el generalísimo, de la pertinaz sequia que asuela nuestro pueblo y en la que algo tendrán que ver el contubernio judeomasonico. Sin pensar que esta tierra siempre ha sido escasa de agua, aunque de esto nunca nos han dicho nada las diversas Mancomunidades de Aguas. En definitiva, que el tema, tiempo, puede pasar de una mera muletilla con la que conversar con el compañero de ascensor a una preocupación más sería, como por otra parte lo ha sido siempre.  Con todo, sólo me cabe desear que el tiempo les sea propicio a cada uno en su deseo. Amén     

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