Voluntarios
Cuando
era chaval solía oír a los mayores la frase; voluntario ni para comer. Pienso
que no era por que fuesen insolidarios o no tuviesen hambre en algunos casos.
Más bien creo lo decían por algún sucedido en la guerra tan recientemente
pasada. Pues bien, la palabra y sus connotaciones vuelven a estar de moda. Es
lo que tiene la dercha. Decía la Espe de Madrid, que había que echar mano de voluntarios para
ciertos servicios. No paso un día en que la pusieron en su sitio, pero aquí
parece que eso con nosotros no va. No tengo nada en contra de los amigos del
camino de Santiago, es más, creo lo hacen de una forma tan noble como no
meditada. Sí, ya sé que de otra manera quizás el museo Gustavo de Maeztu
tuviese que cerrar algunas horas o días. Pero de la misma manera no hacen sino
enmascarar las carecías de cultura y mala gestión del Ayuntamiento. Porque puestos
a ser bien intencionados, nos podemos pedir voluntarios para la biblioteca o el
colegio, o porque no, poner unas huchas de cuestación para pagar servicios que
de los cuales es el poder municipal el responsable de proveer. Es lo que tiene
el creer que los derechos son caridad. Porque algunos siempre han pensado que
la educación gratuita o publica es para los pobres, la sanidad, algo parecido
al hospital de menesterosos. Porque si no, díganme ustedes para que pagamos los
impuestos. Porque no creo sea para pagar los sueldos y dietas del político de
turno. De los servicios públicos se debe hacer cargo el poder publico que para
eso cada uno aporta lo que le corresponde y no enmascarar malas gestiones con
buenas voluntades mal entendida. De esta manera se haría publico y notorio lo
mal que se gestiona y lo poco que exigimos para la cantidad, cada vez más, de
impuestos que pagamos. Y luego nos dicen que hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades y que por eso hay crisis, pero será alguno, porque
otros, nunca hemos podido derrochar como se nos quiere hacer creer.
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